SILVIA GONZÁLEZ DEL VALLE
Psicóloga. Experta en tu cuidado emocional con más de 10 años de experiencia
SILVIA GONZÁLEZ DEL VALLE
Psicóloga. Experta en tu cuidado emocional con más de 10 años de experiencia
¿Por qué es importante la relación Terapeuta-Paciente?
La elección de un profesional de la psicología no es algo que deba dejarse al azar, sino que debe hacerse mirando al futuro del tratamiento, y es que se ha concluido que la alianza terapéutica tiene efectos muy beneficiosos en pronóstico de éxito de las terapias psicológicas.
La alianza terapéutica, también conocida como "alianza de trabajo" o "alianza terapéutica", se refiere a la relación colaborativa y de confianza que se desarrolla entre un terapeuta y su cliente o paciente durante el proceso de terapia. Esta alianza es fundamental para el éxito de la terapia y para lograr los objetivos terapéuticos. Por tanto, la relación que haya entre el psicólogo y el paciente determinará el proceso de la terapia.
La calidad de la alianza terapéutica puede verse influenciada por una variedad de factores, tanto relacionados con aspectos formales del proceso terapéutico como con características demográficas.
Los terapeutas efectivos son conscientes de estos factores y trabajan para adaptar su enfoque y comunicación a las necesidades específicas de cada cliente, promoviendo así una alianza terapéutica sólida.
Las características relacionadas con una buena alianza terapéutica según los factores del proceso terapéutico son:
Confianza: La base de la alianza terapéutica es la confianza mutua entre el terapeuta y el cliente. El cliente debe sentirse cómodo compartiendo sus pensamientos, sentimientos y experiencias personales con el terapeuta.
Empatía: El terapeuta debe demostrar empatía hacia el cliente, lo que significa comprender y validar las emociones y experiencias del cliente sin juzgar.
Comunicación efectiva: La comunicación abierta y efectiva es esencial. El terapeuta debe escuchar activamente al cliente, hacer preguntas claras y proporcionar retroalimentación constructiva.
Objetivos compartidos: El terapeuta y el cliente deben trabajar juntos para establecer metas y objetivos terapéuticos. La colaboración en la planificación del tratamiento aumenta la motivación y la eficacia.
Respeto mutuo: El respeto mutuo es esencial para mantener una relación de trabajo saludable en la terapia. El terapeuta debe respetar la autonomía y la capacidad de toma de decisiones del cliente.
Alianza terapéutica positiva: Una alianza terapéutica sólida se asocia con mejores resultados terapéuticos. Cuando los clientes sienten que tienen una buena relación con su terapeuta, están más dispuestos a participar en el proceso de terapia y a trabajar en sus problemas
Con respecto a los factores que tiene que ver con las características demográficas, los resultados de los estudios indican que la calidad de la alianza de trabajo aumenta si la psicoterapia es realizada por un especialista experimentado, si la frecuencia de las sesiones es alta y si las sesiones son más largas. Sin embargo, los resultados no identifican más marcadores demográficos de la calidad de la alianza terapéutica, esto significa que la alianza se desarrolla en igual medida en personas de diferentes edades y con diversos niveles educativos, independientemente de la presencia o ausencia de relaciones interpersonales estrechas en sus vidas.
Una terapia psicológica es un proceso activo entre el psicólogo y el cliente, que tiene distintas etapa que van desde la toma de decisiones de recurrir a una terapia psicológica, la búsqueda del profesional adecuado, la primera toma de contacto, la evaluación del motivo de consulta, la toma de decisiones del tratamiento a llevar a cabo, el aprendizaje de nuevas estrategias tanto de gestión emocional como de manejo de pensamientos o de otras habilidades, hasta la prevención de recaídas y el alta terapéutica.
Para garantizar el éxito de la terapia psicológica, primero tendremos que ver qué se quiere conseguir, qué quiere esa persona mejorar, qué quiere esa persona y en ese momento trabajar.
Marcar los objetivos al inicio del tratamiento psicológico permite que se manejen de una manera realista las expectativas con la terapia, con el terapeuta y con uno mismo, pues constituye la base sobre lo que uno va a esperar conseguir yendo a terapia.
En un tratamiento los pacientes consultan por sus problemas, con sus propios objetivos y expectativas de cómo debería ser la terapia, así como los mejores medios para resolverlos. Por otra parte, los terapeutas traen sus ideas basadas en la teoría clínica y evidencia científica de cómo el trabajo debería avanzar. Ambos llegan a terapia con sus propias ideas sobre en qué consiste un buen trabajo. La vinculación entre el terapeuta y el cliente buscará entonces negociar continuamente las diferencias.
La relación entre el terapeuta y el paciente es fundamental en el proceso terapéutico. Esta relación se basa en la colaboración y el consenso. Algunas ideas clave relacionadas con este vínculo terapéutico son:
Acuerdo en los objetivos terapéuticos: Es esencial que tanto el terapeuta como el paciente estén de acuerdo en los objetivos que desean lograr a través de la terapia. Esto implica una comunicación abierta y honesta para establecer metas claras y realistas.
Consenso en las tareas del tratamiento: La terapia a menudo implica tareas y actividades específicas que el paciente debe realizar fuera de las sesiones terapéuticas. Estas tareas deben ser acordadas entre el terapeuta y el paciente y deben estar alineadas con los objetivos terapéuticos.
Vínculo relacional: El establecimiento de una relación de confianza y empatía entre el terapeuta y el paciente es esencial. Un vínculo sólido facilita la comunicación abierta y la disposición del paciente para trabajar en sus objetivos.
Existen algunas pautas útiles para plantear buenos objetivos en psicoterapia. Estos objetivos son esenciales para guiar el proceso terapéutico y medir el progreso del cliente. A continuación, te presento la técnica SMART con siete reglas útiles para establecer objetivos efectivos en psicoterapia:
Específicos: Los objetivos deben ser claros y específicos. En lugar de un objetivo vago como "ser más feliz", se debe definir con precisión qué aspectos de la felicidad se desean mejorar, como "aumentar la satisfacción en las relaciones interpersonales".
Medibles: Los objetivos deben ser cuantificables o medibles de alguna manera. Esto facilita la evaluación del progreso. Por ejemplo, en lugar de "sentir menos ansiedad", puedes establecer el objetivo de "reducir la frecuencia de ataques de ansiedad a uno por semana".
Alcanzables: Los objetivos deben ser realistas y alcanzables para el cliente. Es importante considerar las limitaciones y recursos disponibles. Un objetivo irrealizable puede generar frustración.
Relevantes: Los objetivos deben ser relevantes para los problemas o desafíos actuales del cliente. Deben estar relacionados con sus preocupaciones y necesidades. Establecer objetivos que no tienen relevancia puede resultar en una falta de motivación.
Con plazo temporal (temporales): Es importante establecer un marco de tiempo para alcanzar los objetivos. Esto ayuda a mantener al cliente enfocado y permite evaluar el progreso a lo largo del tiempo. Por ejemplo, "mejorar la comunicación en la relación de pareja en los próximos tres meses".
Positivos: Los objetivos deben estar formulados en términos positivos, enfocándose en lo que se quiere lograr en lugar de lo que se quiere evitar. Por ejemplo, en lugar de "dejar de procrastinar", se puede decir "mejorar la gestión del tiempo".
Flexibles: Los objetivos pueden necesitar ajustes a lo largo del proceso terapéutico. La terapia es un proceso dinámico, y los objetivos deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a los cambios en las circunstancias o metas del cliente.
Estas reglas pueden ayudar a los terapeutas y clientes a establecer objetivos efectivos que sean orientadores y motivadores a lo largo del proceso de psicoterapia. Sin embargo, es importante recordar que cada individuo es único, y los objetivos deben adaptarse a las necesidades y circunstancias específicas de cada cliente.
Conflictos y Tensiones Familiares
Problemas de Comunicación en la Pareja o con la Familia
Dificultad de Crianza de hijos
Falta de Entendimiento
Adaptación a nuevas situaciones
Dependencia Emocional
Relaciones Asimétricas
Apego
Habilidades Emocionales
Dependencia Emocional
Crisis Evolutivas
Enfrentar Conflictos
618 359 424 INFO@DELVALLEBIENESTAREMOCIONAL.ES